Diógenes fue un filósofo que se convirtió en leyenda cuando vivía. Su padre era acuñador de monedas y Diógenes fue acusado de adulterar las monedas y fue exiliado de Sinope. Según la leyenda no falsificaba las monedas por su propio beneficio sino que siguió el consejo de un oráculo, el cual le dijo que para conseguir l fama debía cambiar el valor de la moneda.
Después de su exilio, se convirtió en discípulo de Antístenes. Según este la virtud se encontraba en abstenerse de las necesidades para llegar a conseguir la libertad, tal como su maestro le había enseñado. Pero también le recriminó no seguir sus propias doctrinas y no considerar la privación como medio de rectificación moral.
A lo largo de su vida, Diógenes desarrolló el cosmopolitismo y se definía como un ciudadano del mundo. Fue un hombre que vivió en la calle y gozaba de que no dependía de nadie, incluso llegó a decir que el hombre no necesitaba nada personal porque lo que necesitaba ya lo había recibido en el nacimiento. Él no seguía las leyes públicas sino que las retaba y renunciaba cualquier tipo de ayuda. Hubo un episodio en el que Alejandro Magno se le acercó y le dijo que pidiese lo que quisiera y el solo contestó que se apartara para que le diera el sol. Diógenes fue reconocido en toda Grecia, la profecía del oráculo se hizo realidad. Finalmente se convirtió en la imagen de la libertad y la felicidad.
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